18 sept 2020

Variedades de la lengua


1.2.- Las variedades en la lengua. Los registros lingüísticos

Aunque todos los hablantes de una misma empleemos la misma lengua, ésta se habla de distinta manera dependiendo de una serie de factores. 

Las variedades de la lengua son de varios tipos:

  • Variedades geográficas (diatópicas)una misma lengua se habla de distinta manera según el país o la zona geográfica de la que proceda el hablante.
  • Variedades sociales (diastráticas)dependen del grado de instrucción o de cultura del hablante. Teniendo en cuenta este aspecto, podrían establecerse infinitos niveles, ya que son infinitos los niveles culturales que pueden tener los hablantes. Sin embargo, y simplificando mucho la cuestión, se suele hablar de nivel culto (empleado por las personas instruidas que poseen un buen dominio de la lengua y no cometen incorrecciones al hablar) y nivel vulgar (utilizado por aquellas personas que poseen un dominio imperfecto del idioma, lo cual les lleva a cometer incorrecciones de distinto tipo: en la pronunciación, en el vocabulario, en la sintaxis...).


  • Variedades funcionales (diafásicas o de situación). Son las que dependen de la situación comunicativa en la que se encuentre el hablante. Dentro de este tipo de variedades resulta especialmente significativa la forma de trasmisión el mensaje, que nos hace distinguir entre lengua oral y lengua escrita. Y es que no hablamos igual que escribimos ya que escribir implica expresarse cuando el interlocutor está ausente, lo cual obliga, por ejemplo, a ordenar más las ideas y a decirlo todo explícitamente para evitar malentendidos. Por el contrario, la lengua oral tiende a ser más espontánea y más dinámica. Para ver las diferencias entre la lengua oral y escrita con un ejemplo pincha en este enlace.
Sin embargo, de entre todas las variedades diafásicas, destacan especialmente aquellas que se concretan en los REGISTROS LINGÜÍSTICOS, que dependen fundamentalmente de la relación de confianza existente entre el emisor y el receptor. Esto nos llevaría a distinguir los siguientes tipos de registros lingüísticos: formal, familiar o coloquial y vulgar:

  • El registro formal es el que emplean las personas cultas con aquellas otras personas con las que no tienen el suficiente grado de confianza y se caracteriza por el uso correcto de la lengua, libre de vulgarismos e incorrecciones léxicas, gramaticales u ortográficas. Es frecuente también en este tipo de registro el empleo de tecnicismos: palabras técnicas empleadas por individuos que pertenecen a una misma profesión u oficio (para saber más sobre tecnicismos consulta este enlace). 
  • El registro familiar o coloquial es el empleado por las personas cultas en el ambiente distendido de la familiar o entre amigos. 
  • El registro vulgar es el propio de personas con un deficiente conocimiento del idioma, implica un uso incorrecto del lenguaje y es empleado en determinadas ocasiones por las personas cultas con un determinado propósito (acercarse al receptor, imitarlo...). Entre los rasgos lingüísticos propios del registro vulgar, tenemos los siguientes:

Rasgos fónicos

  • Pérdida de fonemas: usté (usted), mu (muy), na (nada), muchismo (muchísimo), amos (vamos)...

  • Adición de fonemas: arradio (radio), amoto (moto), taxis (taxi)...

  • Vacilaciones de vocales átonas: carnecería, cirimonia, intierro, pinicilina...

  • Simplificación de los diptongos: pacencia, venticuatro, anque, custión...

  • Formación de diptongos en palabras que contienen un hiato: bául, máiz, cuete, maistro...

  • Desarrollo de g (o b) ante diptongos que empiezan por u güele...

  • Metátesis o cambio de posición de fonemas dentro de la palabra: cocreta

  • Apócopes de vocal final ante vocal: vengo d´allí.

  • Ceceo.


Rasgos léxico-semánticos

  • Pobreza léxica, con empleo de palabras “baúl”, abundantes repeticiones y escasez de adjetivos y adverbios.

  • Uso de palabras malsonantes.

  • Empleo de unas palabras por otras de parecido significante: destornillarse (por desternillarse), muselina (por limusina)...

  • Abuso en el uso de palabras apocopadas: mili, finde, poli...

Rasgos  morfosintácticos

  • Incorrección en el uso de las formas verbales (hiciendo, vinistes, cantastes...).

  • Empleo analógico de verbos irregulares (andé, conducí...).

  • Uso del infinitivo con valor de imperativo (callaros).

  • Alteraciones en las construcciones sintácticas (me se ha caído).

  • Dequeísmo (resulta de que no lo ví llegar...)

  • Empleo de giros inadecuados (en base a, a nivel de...)

  • Laísmo, loísmo y leísmo (la dije que me dejara tranquila).

  • Construcciones sintácticas incorrectas.

Otros rasgos

  • Abuso de muletillas (es que, entonces…).


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