Amor constante más allá de la muerte
Cerrar podrá mis ojos la postrera
Sombra que me llevare el blanco día,
Y podrá desatar esta alma mía
Hora a su afán ansioso lisonjera;
Mas no, de esotra parte, en la ribera,
Dejará la memoria, en donde ardía:
Nadar sabe mi llama el agua fría,
Y perder el respeto a ley severa.
Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
Venas que humor a tanto fuego han dado,
Medulas que han gloriosamente ardido:
Su cuerpo dejará no su cuidado;
Serán ceniza, mas tendrá sentido;
Polvo serán, mas polvo enamorado.
Francisco de Quevedo
A- Forma
- Esta composición de Quevedo es un soneto, poema de 14 versos endecasílabos (11 sílabas); dos cuartetos y dos tercetos.
- La rima de este soneto es perfecta o consonántica: ABBA ABBA CDC DCD.
B- Contenido
- La mitología griega nos explicaba como tras la muerte ("la postrera sombra que me llevare el blanco día"), el alma se separa del cuerpo y tiene que ser guiada por Caronte por el río Estigia.
- El alma abandona todos sus recuerdos cuando inicia el viaje, pero el amor del poeta es tan grande que está dispuesto a desafiar la ley del infierno.
- El amor es capaz de perseguir por el agua fría el alma que siempre lo había albergado.
- Se muestra un amor que incluso tras la muerte es recordado, un amor que dio sentido a la vida del poeta y que se lo da también tras ella.
Amor constante más allá de la muerte es uno de los poemas de amor más bellos compuestos en castellano y que muestra a un Quevedo menos conocido; el poeta del amor.
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